Gestión del estrés
El ritmo de vida y de trabajo actual, así como el impacto psicológico causado por la emergencia sanitaria del COVID-19, sitúan al estrés como uno de los riesgos psicosociales de mayor presencia en las empresas afectando tanto a la salud de los trabajadores como a la eficiencia de las empresas.
En Europa se ha cifrado el coste total anual en torno a 20.000 millones euros por razones de absentismo o incapacidad temporal relacionadas con el estrés laboral.
Qué es
Se considera estrés al mecanismo que se pone en marcha cuando una persona se ve envuelta por un exceso de situaciones que superan sus recursos. Por lo tanto, se ven superados para tratar de cumplir con las demandas que se le exigen para superarlas. En estos casos, el individuo experimenta una sobrecarga que puede influir en el bienestar tanto físico como psicológico y personal.
Las causas que pueden ocasionar el estrés son muchas, pero el estrés no tiene por qué ser malo, también hay estrés positivo. En estas circunstancias el estrés actúa como un proceso general de adaptación de los individuos al medio. Por ejemplo, el estrés puede aparecer cuando alguien tiene frío tensando los músculos para producir calor, cuando se produce un esfuerzo para hacer la digestión o cuando alguien se duerme menos para estudiar.
El estrés es imprescindible para la vida y ante el peligro. Ahora las adversidades son muy diferentes y las situaciones cotidianas o laborales nos llevan a activar ese mecanismo de estrés sin necesidad de que nuestra vida corra peligro.
El estrés es necesario para superar las situaciones que demandan más esfuerzo y activación: lo que es necesario prevenir es el exceso de este.
Es beneficioso saber detectar este estrés y ver si se repite de forma innecesaria para poder frenarlo y evitar poner en riesgo la salud y el bienestar.
Síntomas asociado
El estrés puede causar muchos síntomas, tanto físicos, como psicológicos y emocionales. Muchas veces los afectados no relacionan los signos con el propio estrés, los más frecuentes son:
Dolor de cabeza: es el tipo más frecuente, todo el mundo ha tenido dolor de cabeza alguna vez. El más común es el dolor de cabeza tensional (provocado por la tensión muscular que ejercemos sobre la cabeza, la mandíbula y el cuello entre otros), generado por el estrés o la ansiedad de forma habitual.
Mala memoria.
Falta de energía o de concentración: la gente se centra tanto en un tema, que le cuesta prestar atención al resto de cosas, perdiendo de ese modo parte de la concentración.
Cambios de la conducta.
Problemas de salud mental: como ansiedad o depresión.
Problemas cardiovasculares y musculoesqueléticas: cuando el estrés se prolonga mucho tiempo.
Cambios en el peso: generado por los malos hábitos alimentarios vinculados con el estrés. Los cambios de apetito suelen ir acompañados habitualmente de un estilo de vida sedentario.
Problemas estomacales.
Cansancio constante y prolongado.
Problemas a nivel sexual: el cansancio generado por el estrés puede prolongarse provocando problemas en muchos ámbitos de la vida, incluido el sexo.
Rigidez en la mandíbula y el cuello: que puede ocasionar dolores de cabeza.
Insomnio o exceso de sueño: la dificultad para conciliar el sueño es una causa frecuente de estrés, afectando tanto a la cantidad como a la calidad del sueño.
Desgaste a nivel celular y envejecimiento: con el descanso se puede recuperar y hacer reversible el proceso de desgaste por estrés. Si alguien no duerme de forma continuada evitará en un estado de hiperactividad continuado y se le acumularán los sucesos estresantes. En estos casos, la persona afectada puede llegar a tener problemas de salud, tanto físicos y como mentales.
Las respuestas de estrés pueden ser fuente de mayor productividad y concentración a niveles adecuados, pero se convierten en generadores de malestar, bloqueos y síntomas físicos negativos para la salud cuando son más intensos o frecuentes de lo habitual. Una de las claves para gestionar adecuadamente y prevenir este riesgo psicosocial es la gestión de la triada pensamiento, emociones, impulso.
En caso de mucho estrés la estructura de las personas suelen entra en zona de crisis y tensar se de forma determinada para sobre vivir y resistir. Si esa posición continua por mucho tiempo llegan efectos de cansancio , mal humor, tensión corporal y en su extremos Burn Out.
Un factor de aumentación del estrés para mi es la evolución sedentaria laboral, sin contar con el mundo online laboral que estamos viviendo. Además del exceso de noticias negativas puede provocar una desconexión con la capacidad de regular la angustia y las tensiones del cuerpo.
Esa desconexión con la actividad física y el contacto con el cuerpo nos tiene que alertar para para y operar con otras pequeñas dinámicas diarias .
Para prevenir es importante una buena gestión de las emociones, de lo que pensamos, además de lo que nuestro impulso motor quiere hacer para escapar a mayor estrés.
Sobre todo adoptar dinámicas darías pequeñas que ayuden a equilibrar nuestro cuerpo, como el deporta, espacios de silencio, actividad artística, meditación, caminar, naturaleza. Y sobre todo un espacio para si-mismo para poder ir regulando las emociones.
David chevalier
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